domingo, 19 de enero de 2014

BOSTRONIZO Y LA ERMITA DE SAN ROMÁN DE MOROSO



BOSTRONIZO

Es una localidad del municipio de Arenas de Iguña a unos 50 Km de Santander, la capital de Cantabria, en pleno centro de la comarca del Besaya.

Si  se llega por la autovía hasta la localidad de las Fraguas, una vez tomada la salida hay que dirigirse en el cruce con la antigua nacional, hacia la derecha, dirección Anievas, para después tomar una carretera a la izquierda perfectamente señalizada que indica San Román de Moroso.



Los 4 Km antes de llegar a Bostronizo, discurren por una serpenteante carretera en suave ascensión bordeada de pinos, robles y eucaliptos. Atrás dejamos la localidad de las Fraguas.







En lo alto se visualiza el bello pueblo de casonas de piedra y humeantes chimeneas (estamos en invierno) y todo el pueblo desprende olor a cocina de leña.


Nada más entrar en el pueblo, llama la atención una gran casona de piedra de sillería. Es una posada rural (Posada Rural "Venta Hornizo") construida en 1924. Esta posada fue obra de uno de los últimos maestros canteros, Rafael Diaz, autor además de otras edificaciones en el pueblo como La Casa de los Maestros, hoy albergue, o las escuelas públicas.

                                            Casa de los Maestros, hoy albergue

La Casa de los Maestros esta situada junto a las antiguas escuelas públicas (tan similares todas) de los años cincuenta del siglo pasado y junto a la gran fuente pública del pueblo.



Llama la atención lo cuidadas que están las casas, aunando el auténtico estilo de construcción popular con las tendencias más vanguardistas en colores para sus fachadas.




Para encontrar la ermita de San Román de Moroso, tomaremos esta carretera situada en el centro del pueblo al final de ella veremos un cartel que nos lo indica.


A partir de este punto, se puede elegir hacer el recorrido a pie o en coche. Personalmente recomiendo hacerlo a pie para disfrutar del entorno y de la belleza del paisaje. Por el camino encontramos diferentes protagonistas de este paisaje...vacas, caballos, robles, pinos, arroyos y, si hay suerte, se puede ver hasta algún jabalí. 

                        A la vacuca le faltaba un cuerno, aún así nos saludo muy respetuosa

A medio camino, hay que llegar hasta una portilla de hierro colocada para que el ganado no traspase la zona. Una vez atravesada la portilla continuamos por la pista, ahora un poco más estrecha


                                     Hay que atravesar esta portilla

Una vez pasada la portilla, se continua la pista y seguramente nos asaltaran las primeras dudas ¿ será por aquí ? Si , a pocos metros se verá en el suelo un cartelito que indica de nuevo el camino.


La pista comienza a descender, haciéndose un poco más estrecha aún, hasta llegar a la vaguada de Moroso.


Cuando se llegue a esta pequeña cascada, de la que se abastecían los monjes del monasterio de Moroso, allá por el siglo X, faltarán  ya pocos metros.
                                 

                                       
                                       Último cartel anunciador de la ermita

Por fin se alcanza a ver, escondida en la vaguada y acompañada de robles y pinos, la escondida (y poco conocida) ermita de San Román de Moroso.

ERMITA DE SAN ROMÁN DE MOROSO


Esta ermita de San Román de Moroso, fechada en el siglo X es, junto con Santa María de Lebeña en Liebana,  las muestras más destacadas del mozárabe en Cantabria.

Cuando los cristianos hispanos, huyendo de los musulmanes durante la alta Edad Media, se asentaron en las tierras del norte, formaron pequeñas poblaciones alrededor de los monasterios. Con ello nos dejaron su arte, más o menos, influenciado por las iglesias visigodas y por el arte islámico califal. Este arte se denominará mozárabe o "de repoblación".

La ermita, formaba parte de un conjunto monacal ya desaparecido. La primera mención escrita de este monasterio de San Román aparece en un documento de 1119 en el que la Reina Doña Urraca hace una donación de este monasterio al de Santo Domingo de Silos en Burgos.


Es un edificio de apenas 12 metros de longitud por 6 metros de ancho. La construcción a base de sillares, casi siempre sin argamasa, sigue la disposición "a soga y tizón" es decir alternando las piezas de piedra en sentido transversal y longitudinal.

El ábside está situado al este, como es tradicional, es cuadrangular y está rematado por una espadaña muy posterior, probablemente del siglo XVIII. En el ábside, hay que destacar un pequeño vano ( hueco en la pared ) en el centro en forma de ojo de herradura y enmarcada por una "cruz patada" o "cruz ensanchada".


                               Espadaña de doble tronera y vano con " cruz patada"


                              Detalle de saetera de ojo de herradura y " cruz patada "

Cruz patada o ensanchada es la que se estrecha al llegar al centro y se ensancha en los extremos finales quedando en forma de triangulo; con el ensanchamiento de sus brazos simboliza la difusión del cristianismo por el mundo. La gran difusión de estas cruces se dio principalmente durante el siglo XII. La utilización de estas cruces parece indicar cierta distinción social. Por eso, fueron clérigos y monjes quienes lo difunden y también se relaciona esta cruz con ordenes como la Orden del Temple.

La portada del templo, situada al norte, algo poco habitual, es una de las bellezas que caracteriza a esta ermita por su arco de herradura. Actualmente le faltan las columnas y capiteles que aún conservaba a principios del siglo XX. Debido a su mal estado en la década de los ochenta fue objeto de restauración.

                                                Portada al norte


                                                    Detalle del arco de herradura

La escasa decoración del edificio se concentra en los grandes modillones florales que sostienen el alero del tejado, formados por flores de cuatro y seis pétalos, cruces esvásticas y discos solares. Estos motivos vegetales y geométricos son representaciones profanas que los visigodos cristianizaron y, más tarde, los mozárabes recogieron.


                                       Modillones con flores y esvásticas


Son estos modillones que soportan el tejado recuerdan la similitud con los de Santa María de Lebeña, en Liebana, si bien, existen entre ambas grandes diferencias estilísticas 

                                          Fachada Sur

Una de las características de estas construcciones medievales era la escasez de vanos, para no restar solidez a los muros. El miedo a abrir ventanas no fue superado hasta la llegada del gótico y los pequeños huecos que vemos servían para airear y evitar humedades.

En el Interior aparecen dos espacios : el presbiterio y la nave rectangular que se cubre con armadura de madera. El arco triunfal de herradura ha sido reconstruido y la iluminación que llega de dos estrechas saeteras produce un espacio oscuro, misterioso y místico.

Durante los trabajos de restauración llevados acabo en los ochenta se descubrió una necrópolis altomedieval con tumbas de lajas y enterramientos en sarcófagos que se puede observar delante de la iglesia



Fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931 y entorno de protección en 2002.

Es uno de los lugares menos conocidos de Cantabria y probablemente los lugareños prefieren que siga así.
Sin embargo, merece la pena una visita (preferiblemente en primavera o mejor en verano, que es cuando está abierta).








1 comentario:

  1. Misteriosa y escondida.
    Fantástica presentación y descripción del camino que se dirige a ella. Espero poder encontrarla abierta y poder hacer alguna fotografía de calidad que capte ese halo de misticismo.
    Una vez más: Gracias.
    Haré todo lo posible por visitarla este verano.

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